COLABORADORES: Bárbara Ortiz, Rocío Sánchez, Javier Sánchez-Merino, Teresa Torrijos, Miguel Vidal
Hay una idea de democracia espacial inherente a esta propuesta para una “nueva plaza del mercado”: un edificio horizontal se acomoda bajo ella, es transparente y accesible para toda la ciudadanía, un paseo y un jardín invitan a acercarse a su puerta. En su interior cada función imaginable tiene su propio espacio y un espacio exterior compartido. Arriba, en la nueva plaza del mercado, un parque y un café. A la vista todo conforma un paisaje urbano.
No se trata en este caso de crear una institución sino de crear un entorno en el que puedan encontrarse los deseos y necesidades de la gente de Reinosa -y en especial de su juventud- con la actividad empresarial, el arte, la vida cotidiana, las celebraciones populares, la música y especialmente con todo tipo de trabajo compartido.
Se propone un edificio-paisaje cuya identidad se construya mediante las propuestas ciudadanas, convocando actividades y acontecimientos, y se propone hacerlo sin especificar demasiado cuales son los usos posibles, puesto que han de ser muy diversos y se desea que puedan cambiar con facilidad.
En consecuencia el siguiente paso será definir el futuro programa a través de estas formas de participación y convocatoria y con ello involucrar y comprometer a todos los ámbitos sociales, políticos, empresariales, culturales, comerciales, y artísticos de la ciudad, tal como han hecho centros similares con éxito al proponer una arquitectura participativa capaz de generar un futuro a través de programas de colaboración.