COLABORADORES: Bárbara Ortiz, Rocío Sánchez, Teresa Torrijos, Javier Sánchez-Merino (Arquitecto Técnico).
Una vez realizado el análisis del comportamiento energético del edificio, se propone una solución de fachadas de doble piel, con cámaras ventiladas, construidas mediante sistemas ligeros, preferentemente textiles y de alto rendimiento. Las nuevas fachadas propuestas disponen de lamas textiles monitorizadas y motorizadas capaces de determinar el grado de apertura conveniente en cada momento en función del nivel de soleamiento.
El sistema de lamas horizontales propuesto disminuye la incidencia solar directa en un 80% y permiten el paso de la luz en idéntica proporción. Se propone a su vez reforzar el aislamiento de las fachadas en las caras del edificio que reciben baja insolación, disminuyendo así las pérdidas energéticas en climatización. El diseño se basa en hacer posible que la fachada existente y la doble piel incorporada trabajen como una unidad. Esto se consigue al sustituir la hoja de vidrio oscurecido actual por una prácticamente transparente, encargándose la hoja exterior textil de protegerla de la insolación directa.